sábado, 9 de mayo de 2015

Museo Fray Antonio Rodríguez-Guápulo

  • Museo Fray Antonio Rodríguez-Guápulo
Dirección: Plaza de Guápulo N27-138 y Leonidas Plaza
Horarios de atención: Lunes a sábado 9:00 a 13:00 y 14:00 a 18:00 horas.

Este museo se inició 4 de diciembre del 2001 en el interior del santuario Franciscano de Nuestra señora de Guápulo iglesia y la antigua sacristía han sido habilitadas como museo, el cual funciona bajo supervisión franciscana.

El museo cuenta tres salas de exposición con obras restauradas, la restauración del santuario de Guápulo y sus bienes culturales fueron realizados desde 19987 hasta 1993. Guápulo viene del nombre “GUA-PULO” que proviene del idioma chibcha, de origen caribe y su significado en español es “PAPA GRANDE”. Ubicado al noreste de la ciudad de quito por el legendario camino al “País de canela” a 2.690 msnm.

Construida en la segunda mitad del siglo XVII. Al principio no hubo sino una ermita, en 1.596 el obispo López Solís muy devoto de la Virgen de Guápulo, le edificó una iglesia, medio siglo más tarde en 1.649 se comenzó la actual iglesia bajo la vigilancia de Antonio Rodríguez. El púlpito fue tallado por Menacho en 1.716 y es considerado como uno de los más bellos del Nuevo Mundo. La imagen de Nuestra Señora de Guadalupe que allí se honra fue tallada por Diego de Robles y policromada por Luís de Rivera.

Dentro de la arquitectura del santuario, se observa la presencia artística de  Miguel de Santiago y del joven Nicolás Javier Goríbar para la obra pictórica; de esto solo queda un retablo firmado en el templo. Miguel de Santiago pintó lienzos para los marcos de los retablos y cuadros con asunto de los milagros de la Virgen. Estas telas constituyen uno de los momentos fundamentales del arte quiteño.
Cabe decir que el templo actual se inició hacia 1650 en reemplazo del primitivo. Debió de concluirse alrededor de 1685, después de que el cura José de Herrera y Cevallos lograra reunir a los mejores artistas de la época en torno a la obra. A más del arquitecto Iranciscano Iray, Antonio Rodríguez, consiguió al capitán Marcos Tomás Correa para que diseñara los retablos, a Juan Bautista Menacho para que los labrara, al igual que el extraordinario púlpito; a Miguel de Santiago para que pintara los milagros de la Virgen, y a Nicolás Javier Goríbar para que ejecutara un curioso retablo arquitectónico, pintado sobre una gran tela.

La planta de la iglesia es una perfecta cruz latina, caracterizada por la ausencia de capillas laterales, por lo que los altares y retablos de la nave se desarrollan bajo los arcos formeros. El crucero se destaca por la alta cúpula de media naranja sobre tambor, exteriormente recubierta de tejuelo verde. Al costado occidental del presbiterio se encuentra una pequeña capilla con un singular retablo que alberga la imagen de la Virgen de Guápulo, mandada a pintar por el párroco Herrera y Cevallos, que recorrió la América española recogiendo limosnas para la construcción del templo. Por el otro costado se encuentra la antigua sacristía, hoy organizado como un pequeño museo, y junto a ésta, construido en épocas posteriores, un espacio para residencia temporal de romeriantes importantes. Tras el testero se construyó el camarín de la Virgen. Lugar donde encontramos pinturas, esculturas y muebles de arte religioso de los siglos XVI, XVII, XVIII, XIX y XX.

La fachada de piedra que se completa con un frontón triangular partido. El templo ha sufrido algunos desastres como un incendio en el año 1839, perdiéndose el retablo mayor y la imagen de la Virgen, así como algunas piezas de plata que se fundieron por el intenso calor. Más tarde, el fatídico terremoto de 1868 dañó severamente al templo, fisurándose la bóveda en su clave y dos años más tarde se vino abajo la cúpula del crucero, reconstruyéndosela en 1876 con la intervención del arquitecto Juan Pablo Sanz. Un nuevo incendio en 1929 destruyó otra vez el retablo mayor y la imagen de la Virgen; esta desgracia motivó una campaña pública para su reconstrucción, trabajándose un moderno retablo, obra de los escultores Miguel Ángel y Leonardo Tejada, inaugurado el 19 de octubre de 1941. El nuevo retablo se inspiró en uno de los cuadros del mismo santuario, pintado por Miguel de Santiago en la segunda mitad del siglo XVII, que representa el interior del templo con una vista del presbiterio y el retablo mayor de esa época, al testimoniar uno de los milagros de la Virgen.






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